¿Están preparadas nuestras escuelas para enfrentar una emergencia?


Lima, Jul.3,2025.-
Los recientes sismos en la capital exigen poner sobre la mesa una inquietud urgente: ¿cuán preparadas están las escuelas para responder a una emergencia, no solo desde lo físico, sino también desde lo funcional y emocional? En todo el país, miles de instituciones educativas enfrentan serias deficiencias en infraestructura y carecen de planes de contingencia y de continuidad educativa, poniendo en riesgo tanto la seguridad como el derecho a una educación integral para millones de niñas, niños y adolescentes.
Cuando ocurre una emergencia, las consecuencias no terminan con el evento. Para muchos estudiantes, el miedo persiste y se manifiesta a través de insomnio, retraimiento, ansiedad o pérdida de interés por aprender. Estos impactos afectan profundamente su concentración, desempeño escolar y conexión con el entorno educativo.

“La emergencia no termina cuando cesa el temblor. Muchas niñas y niños siguen sintiendo temor días o semanas después, lo que puede afectar gravemente su concentración, bienestar emocional y, por tanto, su ciclo de aprendizaje”, señala Víctor García, Representante País de Plan International en Perú.

Frente a este panorama, se vuelve urgente transformar a las escuelas en espacios seguros y emocionalmente protectores. Esto implica no solo reforzar la infraestructura, sino también capacitar a docentes para brindar apoyo psicoemocional, ofrecer rutinas de contención y mantener la continuidad educativa, incluso en medio de la adversidad.

Una respuesta concreta a esta necesidad es el proyecto multipaís “Horizontes Seguros: alianza andina para una educación resiliente a los desastres”, liderado por Plan International y financiado por la Unión Europea a través de ECHO. La iniciativa combina acciones de preparación ante emergencias con acompañamiento emocional desde las aulas, promoviendo que el aprendizaje no se detenga en contextos de crisis.

En las regiones de Piura y Tumbes, el proyecto viene fortaleciendo la educación resiliente mediante intervenciones dirigidas a estudiantes y docentes. A la fecha, más de 230 estudiantes han participado en sesiones de refuerzo escolar, mientras que 270 docentes han sido capacitados en el marco del programa “Construyendo Escuelas Resilientes: pasos hacia la seguridad escolar”, el cual promueve el desarrollo de habilidades para brindar primeros auxilios psicológicos y soporte socioemocional en contextos de emergencia. Además, se han actualizado los planes de gestión del riesgo y se han ejecutado simulacros en 13 instituciones educativas, contribuyendo a una cultura de prevención y preparación para una respuesta adecuada frente a situaciones críticas en el entorno escolar.

“Una escuela segura no solo es aquella que resiste una emergencia, sino aquella donde las y los estudiantes pueden sentirse seguras y seguros física y emocionalmente, incluso cuando todo a su alrededor haya cambiado”, destacó García.

En un país como el nuestro, donde los eventos asociados a amenazas naturales son frecuentes y su impacto se ve agravado por el cambio climático, iniciativas como esta no solo permiten salvar el año escolar, sino que apuestan por una educación más humana, integral y resiliente.

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