Historias que inspiran: Tres mujeres que hacen de su bodega un motor de vida y progreso



Lima, Set.5,2025.- Las bodegas han sido, por décadas, espacios esenciales en la vida cotidiana de los peruanos. En un país donde el canal tradicional representa más del 70 % del comercio de consumo masivo, según un estudio de junio de este año de Kantar, las bodegas son clave para la economía. En ese sentido, PepsiCo resalta el compromiso de miles de bodegueros y, en especial, de tres mujeres, vecinas de su planta en Santa Anita, que lideran con innovación y cercanía.
Hoy más del 65 % de las bodegas están lideradas por mujeres, según datos de mayo de 2025 de la Asociación de Mujeres Bodegueras del Perú. Elsa, Yudith y Pamela son parte de esta mayoría: han hecho de sus bodegas un espacio de independencia y transformación.

Elsa Tanta: Una bodega para estar cerca de los suyos

Hace cinco años, Elsa Tanta decidió cambiar el rumbo de su vida. Tras una separación y la necesidad de cuidar a su hija pequeña, dejó la venta de pinturas para abrir una bodega con el apoyo de su padre. Empezó con pocos productos, pero con mucha determinación. “Mi motivación siempre ha sido mi hija. Con la bodega, pude estar presente en su vida y sacarla adelante”, cuenta. Hoy, Elsa es madre de dos hijos y considera que su negocio le ha dado independencia y tranquilidad.

Durante la pandemia, implementó pedidos vía WhatsApp, adaptándose a las nuevas formas de consumo. Hoy recibe solicitudes de productos variados, incluso frescos, y mantiene una relación cercana con sus clientes. “Los conozco, los escucho. Mi bodega es un punto de encuentro, de confianza”, afirma.

Gracias al vínculo con PepsiCo, ha participado en capacitaciones como “Reciclando en comunidad” a fin de promover el reciclaje de botellas de plástico en bodegas, “Mujeres sin límites” dirigida a emprededoras, entre otras, que le han permitido aprender para mejorar su negocio.

Elsa sueña con abrir una segunda bodega y dejar un legado familiar. A quienes quieren empezar, les dice: “Con paciencia y esfuerzo, todo se puede. Ser bodeguera es construir algo propio”.

Yudith De La Cruz: Reinventarse después de los 50

Yudith comenzó su negocio apenas 15 días antes de la pandemia. Hasta entonces, era ama de casa y buscaba una actividad que le diera independencia. Con un par de cajas de productos de limpieza y sin vitrinas, montó su tienda en la puerta de su nuevo departamento.

Sus vecinos la animaron desde el primer día. Con esfuerzo, pagó su préstamo inicial y hoy, cinco años después, ha convertido su bodega en un negocio consolidado que cubre buena parte de los gastos del hogar. “Ahora me siento más empoderada”, comenta.

Durante los momentos más críticos de la pandemia, Yudith no se detuvo. Instaló rejas de seguridad, priorizó la higiene y asumió la responsabilidad de abastecer a su familia y comunidad.

Sobre su relación con PepsiCo, destaca la innovación de los productos. “Mis clientes ahora prefieren los snacks de la marca y eso me ha fidelizado aún más”. Su sueño: transformar su tienda en un market. “Quiero mostrarle a mis hijos que con esfuerzo se puede salir adelante”.

Pamela Santiváñez: De heredar un negocio a convertirlo en fuente de innovación

Con 16 años al frente de su tienda, Pamela tomó las riendas del negocio familiar tras el fallecimiento de su madre. Aunque al principio fue retador, encontró en su bodega la oportunidad de estar cerca de su hija y generar ingresos estables.

Hoy, su tienda cuenta con exhibidores, refrigeradoras y una organización que la ha convertido en referente del barrio. Gracias a las ganancias, pudo abrir una heladería y ayudar a que su hija mayor complete una carrera universitaria. “La bodega me permitió darle lo que siempre soñé: educación y estabilidad”, asegura.

Pamela conoce a sus clientes, sabe qué necesita cada uno y adapta su trato según cada caso. La cercanía con la comunidad es clave en su atención.

Ha participado activamente en las capacitaciones de PepsiCo, lo que le permitió derribar mitos sobre los productos y transmitir esa confianza a sus clientes. “Antes muchos decían que los snacks eran artificiales. Tras visitar la planta y ver el proceso, entendí la calidad que hay detrás. Ahora puedo explicarlo con conocimiento”, dice. Pamela planea abrir un segundo local y seguir creciendo.

Comprometidos con quienes hacen posible el consumo local

Para PepsiCo, los bodegueros son aliados fundamentales. Su compromiso con el desarrollo del canal tradicional se refleja en programas de capacitación continua, innovación en distribución y acompañamiento en la transformación de estos negocios.

Las historias de Elsa, Yudith y Pamela reflejan el impacto real de las bodegas en la vida de las personas. Son ejemplo de cómo, con constancia, cercanía y visión, es posible construir negocios sostenibles que mejoran la calidad de vida de familias y comunidades enteras.

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