El juego contribuye a reducir el estrés y crear espacios de conexión de acuerdo con estudio global de Mattel
Lima, Oct.7,2025.- El juego no solo es diversión, también fomenta la educación y el aprendizaje. Según el estudio The Shape of Play, realizado por Mattel en el marco de su 80 aniversario, jugar es clave para el bienestar en todas las etapas de la vida. La investigación, que encuestó a más de 33,000 personas en países como Estados Unidos, Brasil, Alemania y China, revela que el 94% considera que el juego es relevante para todas las edades y que el 85% lo ve como esencial en la vida diaria. Además, el 87% afirma que ayuda a combatir la soledad y casi un 70% reconoce que sus mejores ideas surgen mientras juegan.
El informe muestra que el juego cumple un rol que va más allá del entretenimiento. Está asociado a la reducción del estrés, a una mejor salud emocional y a la creación de espacios de conexión en un mundo donde las obligaciones cotidianas suelen limitar el tiempo en familia. Aunque las pantallas y las rutinas intensas compiten por la atención, el 81% de los adultos señala que los juguetes físicos siguen enriqueciendo la experiencia lúdica, sin dejar de lado otras expresiones como los deportes o los videojuegos.
Para comprender cómo el juego puede convertirse en una herramienta educativa se destacan cuatro claves:
- Desarrolla habilidades cognitivas. Armar pistas de autos, construir mundos imaginarios o resolver cómo encajar piezas activas la memoria, la concentración y el pensamiento lógico.
- Refuerza la comunicación. Juegos de rol con muñecas, figuras o escenarios incentivan a los niños a narrar historias, dialogar y negociar reglas con otros, lo que mejora sus habilidades de lenguaje.
- Fomenta la resiliencia. Competir en carreras, perder una partida o enfrentar un reto en el juego enseña a manejar la frustración y a valorar el esfuerzo, lecciones útiles para la vida diaria.
- Promueve la autonomía. Elegir qué jugar, qué personaje ser o cómo organizar un escenario refuerza la independencia y la capacidad de tomar decisiones desde temprana edad.
La investigación también subraya que no existe una única forma de jugar. Cada cultura y cada familia lo vive de manera distinta, pero el factor común es que el juego abre un espacio de aprendizaje y bienestar. En un país como el Perú, donde los horarios laborales extensos y la vida urbana reducen el tiempo compartido, esos momentos se convierten en oportunidades valiosas para educar mientras se disfruta.
En ocho décadas de historia, Mattel ha acompañado a generaciones enteras a través de marcas icónicas como Barbie, Hot Wheels y Fisher-Price. Hoy reafirma que el juego no es un lujo, sino una necesidad que inspira, conecta y forma.
En la crianza peruana moderna, dedicar un espacio al juego no solo significa pasar un buen rato. Es también enseñar valores, aliviar tensiones y construir recuerdos que fortalecen a las familias. La invitación es clara: jugar educa y transforma.
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